Tania Morales

La unión de voluntades. Tania es una persona “realista”, porque está convencida de que “cuando pones tu tiempo y tu entusiasmo por completo en una causa, seguramente las cosas se moverán en la dirección que quieres”. Esto ha hecho que algunas personas la consideran “idealista” porque le gusta creer que hay cosas que pueden ser cambiadas. 

Ella siempre empieza su día con el café que le prepara su esposo. Acostumbra salir a caminar por las mañanas y algunas veces es acompañada por sus dos perras y su esposo. Otras veces, prefiere caminar sola pues “caminar permite pensar en los obstáculos que me están esperando y que debo enfrentar tan pronto regrese a casa”. Junto a su oficina, tiene un taller de joyería en donde trabaja cada vez que necesita accionar su parte creativa o artística. Disfruta mucho viajar, ir al cine, cuidar de sus plantas así como comer palomitas mientras ve una serie al final de una jornada laboral.

Para Tania, su familia y la compañía que le brindan son fundamentales para poder dedicarse de tiempo completo al activismo así como para asimilar las realidades a las que se enfrenta todos los días: “es mucho el desgaste emocional cuando conoces niñas, niños, niñes a quienes se les niegan derechos elementales o sufren violencia en sus hogares o escuelas en razón de su identidad de género.” 

“Lo mismo ocurre cuando conoces a políticos y servidores públicos que te traen con vueltas y vueltas porque no quieren hacer su trabajo. Las personas pagamos su sueldo para que luego muestren una total falta de sensibilidad hacia las causas ciudadanas, como si fuera un asunto que estuviera ocurriendo en la Luna”. 

A Tania le indignan las acciones de una persona que afectan a mucha gente: el manejo amañado de la esperanza, la falta de solidaridad, de conciencia cívica, de compromisos firmes y duraderos. Le indignan también las posturas de quienes, cómodamente, atacan causas cuya complejidad desconocen. En su actividad diaria se enfrenta con mucho desconocimiento y muchos prejuicios en personas que no han tenido contacto con el mundo trans o LGBTTTI+. Ella reconoce que alguna vez estuvo en la misma situación y por ello cree que siempre es posible ensanchar la perspectiva de las personas para mejorar la convivencia en nuestras casas, en nuestras calles, en nuestra ciudad.   

A tres años de empezar en el activismo, Tania ha podido sumarse a otras voluntades y generar cambios legales y administrativos a favor de las infancias. Su objetivo es que con esa coincidencia de voluntades y de esfuerzos, se pueda hacer de la Ciudad de México una ciudad santuario para las personas de la comunidad LGBTTTI+ y en particular de las infancias transgénero.

Tú puedes ayudar a construir una sociedad en la que vivamos sin miedo a ser quienes somos. Un México incluyente, en el que nadie pueda matar nuestros sueños con su odio. Un país seguro, también para las personas trans.

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