Justicia para todas. Margarita Alanís Rosales es una mujer que sueña con viajar con su familia a lugares que desea conocer y todavía no ha tenido oportunidad de hacerlo. Sueña también con dedicarse tiempo a sí misma, a sus placeres, como “la lectura, ver películas y series, descansar, nadar cada día más, relajarme”.
Ella es mamá de una víctima de feminicidio, es responsable de sus nietos, quienes quedaron desprotegidos después del feminicidio de su hija, Campira.
Ellos son su prioridad, quiere darles bases, por medio de la educación, para que puedan forjar su futuro de la mejor forma posible.
El dolor y la ausencia sigue presente, “Me entristece pensar que todo esto lo debió haber vivido mi niña con sus hijos.”
Desde que su hija fue asesinada ha tenido muy poca respuesta de las autoridades:
Hoy, Margarita se siente orgullosa de los objetivos que ha logrado y reconoce mucho el avance que ha tenido desde que ha sido acompañada por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. Una de las cosas que más valora Margarita es la amistad pues agradece y reconoce el apoyo que ha encontrado en sus compañeras del Observatorio: “compañeras de dolor que siempre luchan junto a mí, apoyándome y echándome porras”. Otro soporte importante en su vida ha sido su familia y en especial las mujeres en ella, como su hermana Sandra y su hija Lorena.